Las Carreteiras* de Rebordosa

Esta historia tiene lugar en los años 50. El sol aún no había salido y ya se estaban preparando para llevar una carga. Cada una llevaba un juego de sillas encadenadas a sus cabezas (a veces hasta 8). Un trapo era todo lo que separaba la pesada carga de sus frágiles cabezas.

Y así salían en grupos de 8 a 10 personas en la larga caminata que separaba a los fabricantes de muebles en Rebordosa de los minoristas que se encontraban en la ciudad de Oporto, a más de 20 km. Había 5 paradas de descanso obligatorias. Todas ellas estaban ubicados estratégicamente al lado de fuentes con una pared donde podían colocar momentáneamente la carga. En la breve pausa aprovechaban para comer pan con cebolla y algunas aceitunas.
 
Los descansos eran cortos y rápidamente retomaban los caminos de tierra que las llevarían a su destino. El viaje casi siempre se hacía cantando con el fin de soportar mejor el dolor, y para que el tiempo pasara más rápido. Cuando llegaban a su destino, la carga era entregada y les esperaba un largo viaje de regreso. El merecido descanso se lograba ya de noche y al día siguiente les esperaba una nueva carga.
 
Una de estas “carreteiras” era Margarida Almeida, madre de los fundadores de CMcadeiras. Para ella y sus colegas, nuestro agradecimiento y admiración por el coraje y la determinación mostrados en tiempos tan difíciles.    

*Carreteira = palabra local para una persona responsable del transporte de carga. En este caso, sillas y muebles.