Las sillas geriátricas para uso profesional deben tener una resistencia más alta de lo habitual en una silla porque su uso es intenso y nunca podemos arriesgar la seguridad de los usuarios que pueden no estar en plena capacidad física o mental.
Un punto importante son los contornos de la silla, que no deben tener bordes ni vértices. Debe redondearse en caso de un impacto para minimizar el daño al usuario.
La madera de las sillas debe estar sin vetas o con un poro cerrado para evitar la acumulación de residuos y no obstaculizar su limpieza. Se recomienda madera de haya.
Las espumas deben tener una dureza media, ya que el usuario pasará varias horas sentado en las sillas. Se recomienda el uso de espumas CMHR o espumas con un recubrimiento viscoelástico (espuma viscoelástica).
En el capítulo de limpieza, tenemos que pensar en un modelo que sea fácilmente accesible para todas las áreas de la silla sin la posibilidad de que quede ningún tipo de residuo por limpiar.
En las sillas de la cafetería, es normal usarse sillas con reposabrazos que se pueden colocar sobre la mesa para facilitar la limpieza de las instalaciones. Estas están suspendidas por los brazos o el asiento. Estos modelos, además de ser resistentes y cómodos, deben ser ligeros para facilitar su movimiento.
Los extras, como las ruedas, las manijas y los asientos extraíbles, brindan mayor comodidad a todos los que manejan las sillas.
Es importante tener en cuenta que cada país o proyecto tiene sus reglas y requisitos legales que pueden requerir cambios en la silla.
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